PEQUEÑO HOGAR BRILLANTE
ESPACIO FTALO
Buenos Aires, Argentina
2021
GRAPHITE DRAWINGS AND IRON PIPES
Erik Arazi dibuja en un cuaderno negro estas partes de una misma cosa, sumergido en la incertidumbre que habitamos, transitando la deriva propia de una perspectiva de futuro nebulosa. Cada obra es un espacio en el que detenerse años o cinco minutos. El desplazamiento de un dibujo a otro es lo que conforma esta muestra: arma un campo temporal propio, en donde el orden del mundo se ve interrumpido. “Mi cabeza es esto que se ve acá”, me dice Erik. Entra el sol de frente en su escritorio de trabajo. Dibuja con lápices de grafito de diferente grosor, inventa un código que se organiza divino entre el plateado y el vacío. La cuestión está en el cuerpo haciendo, en la presencia, sin esquema, sin pretensión. Se filtra el carácter sagrado del que se tiñe un trabajo impulsado por otra cosa, fuera de control, la representación de un estado mental que aparece tenebroso, demencial, brillante, abstracto: así se establece una sincronicidad, una conjunción acuciante, un equilibrio que se arma entre el orden y el caos. ¿Qué es lo que vemos: un reflejo de la realidad, un real que se devela en el intento de imprimir algo de sí?. En todo caso, la obra de Erik es inasible, se escurre entre las palabras que podrían nombrarla, y aún así, nos da algo, un momento fugaz de significación, un entendimiento que se materializa para volver a desarmarse, una conexión que nos vuelve espectadores de un misticismo hipnótico.
Texto por Florencia Melik